17 diciembre 2006

Homenaje a Antonio Murcia

Nuestro querido amigo Antonio Murcia se proclamó recientemente Campeón de España de Mountain Bike para sordos, por lo que hemos decidido hacerle un homenaje con una salida cortica por el Valle seguida de unas cervecicas y un obsequio especial.

10 diciembre 2006

Cazorla - Rio Borosa

Esta ruta fue promovida por el amigo Biciraptor como “Fin de semana-puente de plena inmersión en el mountain bike”. Pero como se le rajaron todos al final optó por anulara.

Como yo ya tenía la gana hecha y la casa reservada decidí embarcar a mi hermana y cuñado e irme con mi mujer, mi hijo y dos perros, en plan turístico y deportivo, ya que hacía mucho que no iba por Cazorla y me apetecía volver.

La decisión fue todo un acierto y lo pasamos genial.

El último día planeé una ruta por el rio Borosa, pasando por la Cerada de Elías, que yo había hecho hace más de diez años con mi mujer, pero que no pudimos culminar porque en pleno mes de agosto el calor y el cansancio pudieron con nosotros.

Esta vez iríamos todos andando hasta la Cerrada de Elias y una vez allí yo seguiría en bicicleta hasta las Lagunas de Valdeazores y ellos se volverían andando al coche.

Todo fue perfecto, los paisajes y las cascadas preciosos. Aunque una buena parte del camino la tuve que subir a pie, por lo escarpado de la senda. Llegando ya al tunel que lleva a las Lagunas tuve el privilegio de encontrarme con un muflón salvaje que me miraba indiferente mientras se alejaba pacientemente de mí. Una auténtica gozada.

Una vez pasado el tunel con unos agujeros impresionantes a modo de ventanales llego a la laguna y me quedo maravillado de ver esa enorme extensión de agua escondida a semejante altura.

El sitio está solitario y se respira paz y tranquilidad, mientras una pareja de enormes aves rapaces evolucionan en el cielo.

Se me ha hecho un poco tarde, así que me lanzo hacia abajo disfrutando, esta vez sí, de las escarpadas sendas que me han hecho poner pie a tierra en la subida.

Cuando llego al coche tengo a la familia un poco desesperada, porque he tardado más de lo previsto, pero ha merecido la pena por poder acabar esta maravillosa ruta.

















Etiquetas: , , , ,

06 diciembre 2006

Sierra Espuña con la Peña Las Nueve

Hoy ha sido una ruta fantástica organizada por el gran Rapide y su Peña Las Nueve de Totana.
Hemos comenzado subiendo por Las Paredes Negras, duras donde las haya pero con un entorno precioso.
Después de algunas pistas y sendas hemos ido a parar al Barranco de Las Brujas, una rambla trialera y divertida que he disfrutado más que cuando la hice con Africa y Simón, porque entonces iba pajarero.
Llegamos al Camping del Berro y tomamos un merecido y reparadaor piscolabis.
Y otra vez para abajo, donde aprovechamos para pasar por el Puente del Dinosaurio y pegarnos unas risas.
Buen tiempo, buena montaña y una gente estupenda. ¿Que más se puede pedir?.


Aqui tenemos al equipo mentalizándose para iniciar la subida.



El gran Tommypick arropado por el Pelotón.

Y el amigo Rapide guardando la retaguardia en la subida de las Paredes Negras.



Echando un ratico al sol para recuperar fuerzas.



Holaaaaa!


En ruta hacia el Barranco de las Brujas.









Siscar Máquina Total


Que wena gente que es.


Un momento de debilidad.


Aqui tenemos al incompredido guía


Hasta otra...


19 noviembre 2006

Subida al Pedro López

Hoy tenemos por delante un desafío especial, la subida al Pedro López, que es el pico más alto de Sierra Espuña al que se puede subir en bicicleta, ya que el Morrón es un poco más alto pero no se puede subir porque es sede de una base militar.
La salida ha sido promovida por Karnetzky y organizada por Rapide, aunque finalmente Karnetzky no nos ha podido acompañar por problemas con un virus traidor.




A las ocho y media nos reunimos todos en Totana y el ambiente, como siempre, es inmejorable. Además a esta convocatoria han acudido muchos “viejos” amigos y otros nuevos que siempre son bienvenidos. Tenemos a Jose Murcia, Tommypick, El amigo Pepe, Chorques, Slow, Siscar, Raspa y los Anémicos: Pepe, Curro y Jose Pintor. Además de nuestro guía oficial Bernabé de Ciclos Rapide y un buen número de compañeros de la Peña las nueve de Totana, incluyendo a Jomaroa y su cencerro. Unas 22 personas en total.

Pues bien, una vez puesto en marcha este gran rebaño de cabras nos dirigimos hacia La Charca por caminos secundarios hasta que empieza la diversión por una senda entre pinos muy divertida llamada la senda de Mortí, la cual desemboca en una pista forestal que nos llevará hasta la Balsa Grande pasando por Las Alquerías.



En la Balsa paramos a hacer unas fotos y reagruparnos antes de tomar la parte más divertida de la ruta: La senda del Caño, que transcurre por una antigua canalización de agua que fue soterrada y ha quedado como una estrecha senda con dos raíles de piedra por enmedio.

Después de pasar por el Barranco de Enmedio y por la Senda de la Carrasca tomamos la pista forestal que sube al Pedro López y aquí ya empiezan a ir las fuerzas muy justas y el sufrimiento se convierte en nuestro compañero de viaje.

En todo momento el amigo Rapide ha ido acompañando a los rezagados, entre los cuales me cuento y finalmente llegamos arriba en un grupo compacto Chorques, el amigo Pepe y yo.

Desde la cima del Pedro López, con sus 1.566 metros, tenemos el placer de disfrutar de unas vistas impresionantes. Divisamos enfrente la base militar de El Morrón, que solo nos supera en 17 metros. Y hacia abajo el Collado Bermejo con su interminable moqueta de pinos surcada aquí y allá por caminos sinuosos.

La bajada la hacemos por otro lado y aprovechamos para visitar los pozos de la nieve, algunos de los cuales han sido restaurados desde la última vez que pasé por aquí.
Por desgracia se ha hecho un poco tarde y si queremos llegar a la comida a tiempo no podemos regocijarnos en la bajada, así que decidimos bajar por asfalto a toda pastilla, lo cual tiene su punto, pero no puedo dejar de pensar en tantos metros de desnivel desaprovechados, que podían haber puesto a prueba nuestras amortiguaciones (y las de nuestras bicicletas).

Llegados por fin al parque nos organizamos un poco antes de disfrutar de la fantástica comida que ha reservado Rapide en una venta de la zona y que sirve como colofón a una fantástica salida con una compañía inmejorable.
Días como estos deberían ser obligatorios para todo el mundo al menos una vez al mes.


Saludos parcelarios.

05 noviembre 2006

Subida al Mulhacén

Esta vez hemos apuntado muy alto, realmente hemos apuntado a lo más alto. El pico más alto dentro de la “piel de toro”. Su majestad el Mulhacén, con sus 3.482 metros de altura que va a ser asaltado por ocho intrépidos bikers: Anémico, Curro, Raspa, Pepe, Slow, José Murcia, Juan y yo mismo.


La aventura empezó en el mismo momento en que Anémico nos contó, hace ya algún tiempo, su última subida al Mulhacén y su intención de repetirla este año. Algunos empezamos ya a soñar con esta ascensión y poder sentirnos por unos minutos más altos que 40 millones de españoles.

En un principio la ruta se planteó como cualquier otra salida de fin de semana, es decir, salir de buena madrugada, realizar la ascensión y volvernos después de comer, pero poco después algunos comenzamos a pensar que no era muy buena idea levantarte a las 4 para hacerte 300 Km de coche y luego la paliza de las subida, así que empezamos a buscar alojamientos en Capileira.

Yo encontré unos apartamentos a buen precio y decidí aprovechar para hacer algo de turismo rural con la familia, ya que no conocíamos la zona y nos habían dicho que merecía la pena.
Luego Pepe encontró un hostal más económico aún y decidió irse con José Murcia y Slow a pasar la noche allí. A ellos se les uniría Juan esa misma noche y los otros tres valientes saldrían de Murcia muy tempranito para estar a las 9 en la línea de salida.

Bien, pues una vez reagrupados todos en la puerta del hostal y con un día nublado pero que no amenaza lluvia, nos disponemos a iniciar la dura subida con la esperanza de poder culminar la ascensión y llegar a la cumbre, porque Anémico nos ha advertido de que, a pesar de ser solo 26 Km de subida, el frío y la altura pueden hacer estragos en nuestros humanos organismos.

De momento la subida empieza bien, la pendiente no es muy pronunciada y el primer tramo es asfalto, que luego se convierte en una ancha pista que nos llevará a la barrera donde está el forestal para impedir que la gente se meta por aquí con los vehículos.

El ambiente es inmejorable y vamos todos charlando animadamente y gastando bromas. También aprovechamos para ir haciendo algunas fotos.

Cuando llegamos a la barrera nos paramos un rato a charlar con el guardia y nos dice que el último tramo que sube a la cima se prohibió a bicicletas el año pasado, con lo cual vemos en peligro nuestra ansiada meta. Nos dice también que tenemos la opción de dejar las bicicletas en el refugio y subir andando, pero no es lo mismo subir a pie dejando abandonada a nuestra compañera de fatigas.
Al rato llegan dos ciclistas más y nos dicen que podemos hacerle caso al guardia, pero que va a ser muy difícil que alguien nos vea a esa altura y que normalmente no hay forestales patrullando alrededor de la cima, por lo que si queremos podemos subir tranquilamente. Eso ya nos parece más razonable, así que nos despedimos del guardia, al que no le ha hecho mucha gracia la intervención de nuestro amigo, y seguimos para arriba con la intención de saltarnos la prohibición a la torera.

A partir de aquí el paisaje se va haciendo más agreste, los árboles van desapareciendo poco a poco y el frío va aumentado, aunque tenemos la suerte de que el viento está en calma y no parece que vaya a cambiar.

Seguimos por la pista e intentamos ir reagrupándonos cada cierto tiempo, ya que a mí me cuesta seguir el ritmo de los más fuertes y el amigo Pepe, que parece que no tiene uno de sus mejores días, se va quedando cada vez más atrás.

Las nubes se van cerrando sobre nosotros y en algunos tramos solo alcanzamos a ver unos metros del camino. Nos cruzamos con algunos montañeros y algún que otro ciclista, e incluso con una “guiri” muy delgada que nos adelanta haciendo footing a un ritmo que nos hace preguntarnos para que coño llevamos nosotros una bicicleta.

El único vehículo que nos encontramos es un minibús que sube lleno de “guiris”, debe estar autorizado para que la gente pueda decir que ha subido al Mulhacén sin necesidad de pegarse una paliza impresionante en bicicleta o a pie. La verdad es que visto desde encima de la bici no parece tan mala idea.

Alrededor del Km 20 llegamos al desvío a la derecha que lleva a la cima y aquí se plantea el dilema. Slow y Juan prefieren seguir por la pista hasta el refugio y luego subir andando. Anémico y yo queremos coger la senda que lleva a la cima. Y raspa dice que si está prohibido sube andando, pero no en la bici. Los demás están dudosos y escuchan los argumentos de unos y otros.

Finalmente ganan los que quieren seguir por la pista hasta el refugio y Anémico y yo nos resignamos y nos vamos con ellos por no dividir el grupo. De todas formas Curro se ha ofrecido a quedarse en el refugio con las bicis, porque no lleva calzado adecuado para patear hasta la cumbre.

Los últimos seis Km se hacen insufribles, después de 20 Km de subida constante las fuerzas van ya muy justas. Menos mal que el Anémico, que es un monstruo, me acompaña en mi calvario a pesar de que con mi lentitud estoy poniendo en peligro la culminación de la cumbre. De todas formas Pepe viene bastante por detrás acompañado de Raspa que es otro monstruo.

Por fin llegamos al refugio después de seis horas pedaleando hacia arriba y yo voy bastante maltrecho ya. A la derecha se ve el impresionante pico del Mulhacén nevado que nos desafía a subir los últimos 400 metros de desnivel, aunque en estos momentos se me antoja bastante difícil que pueda conseguirlo.

Al rato llega Pepe con Raspa y nos dedicamos a hacer unas fotos y a reponernos con toda clase de barritas y bebidas que todavía nos quedan. Incluso alguien saca una tableta de turrón del duro que me sabe a gloria.

Se han hecho las 3 de la tarde y nos replanteamos la subida al pico, ya que nos llevaría sus buenas dos horas de subida a pié y al menos otra hora de bajada al refugio, más la hora que nos llevará llegar a Capileira. Probablemente se nos haría de noche y además los cuerpos están pidiendo ya sentarse a una buena mesa a recuperar las fuerzas.

Al menos hemos sobrepasado la cota de los 3000 metros, lo cual ya es una hazaña en sí. Pocos pueden decir que han subido tan alto. Así que nos lanzamos para abajo a toda pastilla con la esperanza de llegar antes de que hayan cerrado los restaurantes.

La bajada es una auténtica locura, vamos sorteando piedras hasta que cogemos la pista buena y entonces nos lanzamos a tumba abierta divirtiéndonos de lo lindo pero jugándonos el físico en algunos tramos.

Veintiséis Km en 45 minutos, a una media de más de 34 Km/h, y eso que tuvimos que parar a reparar un pinchazo de raspa.

Llegamos al restaurante y las primeras cervezas nos saben a gloria, algunos hemos tenido la suerte de poder ducharnos y el ambiente en la comida es excelente. Nos ponemos como el quico de tapas Alpujarreñas y chapatas rellenas de manjares variados.

Ha sido una subida sin incidentes de mención y donde el tiempo y el buen humor nos han acompañado. A pesar de no haber podido culminar ha merecido mucho la pena y ya vamos pensando que el año que viene tendremos que volver a intentarlo saliendo un poco más temprano y un poco más arriba. El Mulhacén tiene que ser vencido.

Saludos parcelarios.