Los Parcelas
17 diciembre 2006
10 diciembre 2006
Cazorla - Rio Borosa
Esta ruta fue promovida por el amigo Biciraptor como “Fin de semana-puente de plena inmersión en el mountain bike”. Pero como se le rajaron todos al final optó por anulara.
Como yo ya tenía la gana hecha y la casa reservada decidí embarcar a mi hermana y cuñado e irme con mi mujer, mi hijo y dos perros, en plan turístico y deportivo, ya que hacía mucho que no iba por Cazorla y me apetecía volver.
La decisión fue todo un acierto y lo pasamos genial.
El último día planeé una ruta por el rio Borosa, pasando por la Cerada de Elías, que yo había hecho hace más de diez años con mi mujer, pero que no pudimos culminar porque en pleno mes de agosto el calor y el cansancio pudieron con nosotros.
Esta vez iríamos todos andando hasta la Cerrada de Elias y una vez allí yo seguiría en bicicleta hasta las Lagunas de Valdeazores y ellos se volverían andando al coche.
Todo fue perfecto, los paisajes y las cascadas preciosos. Aunque una buena parte del camino la tuve que subir a pie, por lo escarpado de la senda. Llegando ya al tunel que lleva a las Lagunas tuve el privilegio de encontrarme con un muflón salvaje que me miraba indiferente mientras se alejaba pacientemente de mí. Una auténtica gozada.
Una vez pasado el tunel con unos agujeros impresionantes a modo de ventanales llego a la laguna y me quedo maravillado de ver esa enorme extensión de agua escondida a semejante altura.
El sitio está solitario y se respira paz y tranquilidad, mientras una pareja de enormes aves rapaces evolucionan en el cielo.
Se me ha hecho un poco tarde, así que me lanzo hacia abajo disfrutando, esta vez sí, de las escarpadas sendas que me han hecho poner pie a tierra en la subida.
Cuando llego al coche tengo a la familia un poco desesperada, porque he tardado más de lo previsto, pero ha merecido la pena por poder acabar esta maravillosa ruta.

Etiquetas: cazorla, ciclismo, montaña, mountain bike, murcia
06 diciembre 2006
Sierra Espuña con la Peña Las Nueve
Hemos comenzado subiendo por Las Paredes Negras, duras donde las haya pero con un entorno precioso.
Después de algunas pistas y sendas hemos ido a parar al Barranco de Las Brujas, una rambla trialera y divertida que he disfrutado más que cuando la hice con Africa y Simón, porque entonces iba pajarero.
Llegamos al Camping del Berro y tomamos un merecido y reparadaor piscolabis.
Y otra vez para abajo, donde aprovechamos para pasar por el Puente del Dinosaurio y pegarnos unas risas.
Buen tiempo, buena montaña y una gente estupenda. ¿Que más se puede pedir?.
Aqui tenemos al equipo mentalizándose para iniciar la subida.
El gran Tommypick arropado por el Pelotón.
Y el amigo Rapide guardando la retaguardia en la subida de las Paredes Negras.
19 noviembre 2006
Subida al Pedro López
Hoy tenemos por delante un desafío especial, la subida al Pedro López, que es el pico más alto de Sierra Espuña al que se puede subir en bicicleta, ya que el Morrón es un poco más alto pero no se puede subir porque es sede de una base militar.
La salida ha sido promovida por Karnetzky y organizada por Rapide, aunque finalmente Karnetzky no nos ha podido acompañar por problemas con un virus traidor.
Pues bien, una vez puesto en marcha este gran rebaño de cabras nos dirigimos hacia La Charca por caminos secundarios hasta que empieza la diversión por una senda entre pinos muy divertida llamada la senda de Mortí, la cual desemboca en una pista forestal que nos llevará hasta la Balsa Grande pasando por Las Alquerías.
En la Balsa paramos a hacer unas fotos y reagruparnos antes de tomar la parte más divertida de la ruta: La senda del Caño, que transcurre por una antigua canalización de agua que fue soterrada y ha quedado como una estrecha senda con dos raíles de piedra por enmedio.
Después de pasar por el Barranco de Enmedio y por la Senda de la Carrasca tomamos la pista forestal que sube al Pedro López y aquí ya empiezan a ir las fuerzas muy justas y el sufrimiento se convierte en nuestro compañero de viaje.

En todo momento el amigo Rapide ha ido acompañando a los rezagados, entre los cuales me cuento y finalmente llegamos arriba en un grupo compacto Chorques, el amigo Pepe y yo.
Desde la cima del Pedro López, con sus 1.566 metros, tenemos el placer de disfrutar de unas vistas impresionantes. Divisamos enfrente la base militar de El Morrón, que solo nos supera en 17 metros. Y hacia abajo el Collado Bermejo con su interminable moqueta de pinos surcada aquí y allá por caminos sinuosos.

La bajada la hacemos por otro lado y aprovechamos para visitar los pozos de la nieve, algunos de los cuales han sido restaurados desde la última vez que pasé por aquí.
Por desgracia se ha hecho un poco tarde y si queremos llegar a la comida a tiempo no podemos regocijarnos en la bajada, así que decidimos bajar por asfalto a toda pastilla, lo cual tiene su punto, pero no puedo dejar de pensar en tantos metros de desnivel desaprovechados, que podían haber puesto a prueba nuestras amortiguaciones (y las de nuestras bicicletas).
Llegados por fin al parque nos organizamos un poco antes de disfrutar de la fantástica comida que ha reservado Rapide en una venta de la zona y que sirve como colofón a una fantástica salida con una compañía inmejorable.
Saludos parcelarios.
05 noviembre 2006
Subida al Mulhacén
Esta vez hemos apuntado muy alto, realmente hemos apuntado a lo más alto. El pico más alto dentro de la “piel de toro”. Su majestad el Mulhacén, con sus 3.482 metros de altura que va a ser asaltado por ocho intrépidos bikers: Anémico, Curro, Raspa, Pepe, Slow, José Murcia, Juan y yo mismo.



Luego Pepe encontró un hostal más económico aún y decidió irse con José Murcia y Slow a pasar la noche allí. A ellos se les uniría Juan esa misma noche y los otros tres valientes saldrían de Murcia muy tempranito para estar a las 9 en la línea de salida.


El ambiente es inmejorable y vamos todos charlando animadamente y gastando bromas. También aprovechamos para ir haciendo algunas fotos.



Seguimos por la pista e intentamos ir reagrupándonos cada cierto tiempo, ya que a mí me cuesta seguir el ritmo de los más fuertes y el amigo Pepe, que parece que no tiene uno de sus mejores días, se va quedando cada vez más atrás.






Al rato llega Pepe con Raspa y nos dedicamos a hacer unas fotos y a reponernos con toda clase de barritas y bebidas que todavía nos quedan. Incluso alguien saca una tableta de turrón del duro que me sabe a gloria.

Al menos hemos sobrepasado la cota de los 3000 metros, lo cual ya es una hazaña en sí. Pocos pueden decir que han subido tan alto. Así que nos lanzamos para abajo a toda pastilla con la esperanza de llegar antes de que hayan cerrado los restaurantes.

Veintiséis Km en 45 minutos, a una media de más de 34 Km/h, y eso que tuvimos que parar a reparar un pinchazo de raspa.

Ha sido una subida sin incidentes de mención y donde el tiempo y el buen humor nos han acompañado. A pesar de no haber podido culminar ha merecido mucho la pena y ya vamos pensando que el año que viene tendremos que volver a intentarlo saliendo un poco más temprano y un poco más arriba. El Mulhacén tiene que ser vencido.
Saludos parcelarios.

