Homenaje a Antonio Murcia
Esta ruta fue promovida por el amigo Biciraptor como “Fin de semana-puente de plena inmersión en el mountain bike”. Pero como se le rajaron todos al final optó por anulara.
Como yo ya tenía la gana hecha y la casa reservada decidí embarcar a mi hermana y cuñado e irme con mi mujer, mi hijo y dos perros, en plan turístico y deportivo, ya que hacía mucho que no iba por Cazorla y me apetecía volver.
La decisión fue todo un acierto y lo pasamos genial.
El último día planeé una ruta por el rio Borosa, pasando por la Cerada de Elías, que yo había hecho hace más de diez años con mi mujer, pero que no pudimos culminar porque en pleno mes de agosto el calor y el cansancio pudieron con nosotros.
Esta vez iríamos todos andando hasta la Cerrada de Elias y una vez allí yo seguiría en bicicleta hasta las Lagunas de Valdeazores y ellos se volverían andando al coche.
Todo fue perfecto, los paisajes y las cascadas preciosos. Aunque una buena parte del camino la tuve que subir a pie, por lo escarpado de la senda. Llegando ya al tunel que lleva a las Lagunas tuve el privilegio de encontrarme con un muflón salvaje que me miraba indiferente mientras se alejaba pacientemente de mí. Una auténtica gozada.
Una vez pasado el tunel con unos agujeros impresionantes a modo de ventanales llego a la laguna y me quedo maravillado de ver esa enorme extensión de agua escondida a semejante altura.
El sitio está solitario y se respira paz y tranquilidad, mientras una pareja de enormes aves rapaces evolucionan en el cielo.
Se me ha hecho un poco tarde, así que me lanzo hacia abajo disfrutando, esta vez sí, de las escarpadas sendas que me han hecho poner pie a tierra en la subida.
Cuando llego al coche tengo a la familia un poco desesperada, porque he tardado más de lo previsto, pero ha merecido la pena por poder acabar esta maravillosa ruta.
Etiquetas: cazorla, ciclismo, montaña, mountain bike, murcia
Aqui tenemos al equipo mentalizándose para iniciar la subida.
El gran Tommypick arropado por el Pelotón.
Y el amigo Rapide guardando la retaguardia en la subida de las Paredes Negras.
Echando un ratico al sol para recuperar fuerzas.
Hoy tenemos por delante un desafío especial, la subida al Pedro López, que es el pico más alto de Sierra Espuña al que se puede subir en bicicleta, ya que el Morrón es un poco más alto pero no se puede subir porque es sede de una base militar.
Esta vez hemos apuntado muy alto, realmente hemos apuntado a lo más alto. El pico más alto dentro de la “piel de toro”. Su majestad el Mulhacén, con sus 3.482 metros de altura que va a ser asaltado por ocho intrépidos bikers: Anémico, Curro, Raspa, Pepe, Slow, José Murcia, Juan y yo mismo.