11 septiembre 2006

Paseo BTT por los alrededores de Librilla

El Gran Karnetzky había preparado esta ruta con mucho cariño y esfuerzo, así que no podíamos por menos que responder a su llamada y reunirnos un buen número de bikers en la Ermita de Belén para realizar esta ruta.

Una vez esperados a los últimos rezagados salimos hacia Alhama y la primera parte de la ruta discurre por un paraje agreste, pero muy divertido por la gran cantidad de sendas con subidas y bajadas.

Mi querida fuel 80 se encuentra en dique seco a la espera de un nuevo basculante, en sustitución del que rompí en Carrascoy, pero gracias al Amigo Pepe, que me ha dejado su vieja GT, puedo disfrutar de una montura medianamente decente. Aunque gracias al "amigo" Malandra", que no ha arreglado el cambio, tengo que hacer todo el recorrido sin poder usar el plato mediano.

Llegamos a Alhama y después de pasar el pueblo comenzamos a subir por Las Mil Curvas, la cual me había imaginado que sería más dura de subir cuando la hice de bajada.

Antes de llegar arriba nos desviamos por una bajada a la derecha que parece ser El Paleto y al final de la cual nos espera el coche de avituallamiento, el cual veríamos unas cuantas veces más a lo largo de la ruta y siempre cuando hacía más falta. Desde aquí saludo al amigo Alegría (no se podía llamar de otra forma) que conducía el coche y que fue nuestro angel de la guarda isotónico.


Llegados a la Sierra de La Muela sufrimos la baja del amigo Pepegar, que tiene problemas mecánicos (y quizás también conyugales) y nos abandona acompañado del amigo Guerrita.

Un poco más adelante llegamos al Pino Gordo, un magnífico ejemplar centenario en el cual aprovechamos para hacernos unas foto y otra vez para arriba.

La última parte del circuito se hace un poco dura, porque ya hemos sobrepasado el Km 50 y las fuerzas van mermadas. Gracias al amigo Ortega que hace alarde de una paciencia infinita con Pepe y conmigo, podemos llegar al final sin perdernos.

Llegamos a la ermita a eso de las dos y justo a tiempo para descubrir que los ermitaños no nos han dejado ni una mísera cerveza. Eso sí, nos ofrecen botellas de agua con toda su buena voluntad.

Por suerte en el chiringuito comunal queda una última lata de Cerveza y el amigo Jose Manuel de Cartagena me invita amablemente, a pesar de que él se tiene que conformar con una sin alcohol.

Ha sido una ruta bastante divertida y muy bien organizada, para los pocos medios con que se contaba.
Enhorabuena al amigo Karnetzky y a todos los amigo de Librilla, por habernos echo disfrutar de un día tan bueno en una compañía inmejorable.

Saludos parcelarios.

1 comentarios:

Blogger pepegar ha dicho...

Pues, efectivamente, muy agradable todo, aunque tuve que dejarlo a la mitad porque se me descacharró la cadena. Ese dia precisamente creia no tener problemas conyugales, pero al final si que hubo jaleo, hasta llegando temprano! si es que tienes un ojo...

Un saludo!

8:29 p. m.  

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