16 julio 2006

Por la playa con los Anémicos

Hoy he quedado con los Anémicos Pepe y José para enseñarles algunas ruticas por la costa. A ver si no hace demasiado calor y podemos terminarla sin deshidratarnos demasiado.

A las 8:30 nos reunimos en el hospital Los Arcos y salimos camino de El Mirador para coger el trasvase.
No voy yo muy seguro del camino, por
que hace un año que no hago esta ruta y mi memoria rutera no es demasiado buena, pero intentaremos no perdernos y llegar a la rambla del campo de golf de Campoamor, que siempre es divertida por sus riachuelos trialeros.

Vamos pedaleando animadamente por la carretera que bordea el trasvase cuando se nos cruzan unos compañeros con bicis de carretera y me digo: ¿A que va a ir Miguel en este grupo?. Y efectivamente, se nos cruza a toda velocidad y apenas me da tiempo a pegarle un grito a modo de saludo parcelario.

Llegamos al cruce de Lo Calderón y primera sorpresa desagradable: Han cerrado el camino con una puerta y lo han vallado todo. Nos quedamos con dos palmos de narices y tenemos que seguir por el asfalto.

Unos kilómetros más adelante nos
metemos a la izquierda por entre los huertos y nos dirigimos hacia el campo de golf por el coto que lleva a la carretera de San Miguel de Salinas.

Llegamos a la carretera y, por no saltar la verja, nos vamos a la derecha intentando encontrar un paso. Finalmente encontramos una parte de la verja caída y podemos salir por fin a la carretera.

Nos metemos por la verja hacia la rambla del campo de golf y unos metros más adelante segunda sorpresa desagradable: La vegetación que bordea el riachuelo ha crecido desmesuradamente y hace muy incómodo seguir el camino, además de que el agua tiene aspecto de estar estancada y con mucho verdín, que hace que las ruedas resbalen más de la cuenta.

Finalmente salimos a la parte ancha de la rambla, mojados y llenos de una especie de semillas que se te pegan por todo el cuerpo. Esta
ruta ya no es tan divertida como el año pasado.

Un poco más adelante encontramos el Land Rover abandonado y paramos a hacer unas fotos divertidas. Menos mal que el sentido del humor de los compañeros hace que se me pase la mala leche.

Seguimos por la rambla e intentamos sa
lirnos por una puerta que me parece recordar que llevaba a la salida. Después de saltarla y pasar las bicicletas resulta que nos vuelve a llevar a la rambla de nuevo. Vaya castaña.

Seguimos, pues, avanzando por la rambla y pasamos por parajes bonitos y con muchos árboles, pero seguimos sin encontrar la salida.

Finalmente salimos por un camino que se nos vuelve a cortar con otra verja y que tenemos que volver a saltar. Realmente los fabricante de vallas y verjas hacen su agosto por esta zona.

Por fin salimos a Campoamor y como ya es un poco tarde decidimos volvernos por la carretera, después de reaprovisionarnos de agua fresca en la gasolinera.

Llegamos a Lo Pagán y nos sentamos a disfrutar de las merecidas cervecicas con vistas a la playa.

Ha sido una pena lo de las vallas y la rambla, que han impedido disfrutar por completo de la ruta, pero unas cervecicas en una terraza de Lo Pagán con vistas a l
a playa nos consuelan y nos ayudan a recuperar la fe en la humanidad.

Saludos parcelarios.

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