03 septiembre 2006

Carrascoy - Majal Blanco

Cuando empecé a ver gente apuntándose para subir a Carrascoy a primeros de septiembre no me sentí muy motivado. La subida que hicimos en junio fue muy dura debido al calor y las moscas, así que decidimos que la próxima debería ser cuando refrescara.

No obstante en los días siguientes empecé a ver muy buen ambiente y muchos amigos recientes y pasados que se apuntaban al evento, así que me fui animando yo también.
Lo que me ter
minó de decidir fue la iniciativa de buscar una ruta que enlazara con El Majal Blanco siguiendo los pasos del amigo MN, y para colmo el hallazgo, a través de Google Earth, de un nuevo cortafuegos que habían hecho hace poco siguiendo casi exactamente los pasos de MN.

Con todos estos alicientes no podía faltar a la cita, así que allí estábamos, un buen número de amigos dispuestos a responder con nuestro esfuerzo a los cánticos de sirena del Monstruo Carrascoy.

De camino al inicio de la subida, reina el buen ambiente y vamos comentando la
suerte que tendremos si se mantienen las nubes y el amigo Lorenzo no nos saluda con su ardiente abrazo.
Después de las fotos de rigor junto al cartel de “Centro Emisor” comenzamos la subida y enseguida se empieza a estirar el pelotón.

La primera parte del camino transcurre junto a los amigos Roolez, Rosita y Tommypick entre bromas y comentarios. Luego Tommypick se escaparía y no volveríamos a verlo hasta el kilómetro siete. También comparto una parte del camino con Pepegar, IceFork y Karnetzky.

Parece increíble pero los millones de moscas que había en junio parecen haberse esfumado y además el sol se mantiene oculto tras las nubes, por lo que la subida no se hace dura en exceso. Me he propuesto subirla sin poner pie a tierra y de momento parece más que posible.

Cuando queda un kilómetro para el cruce diviso una figura a lo lejos y poco a poco me voy aproximando a ella hasta que me doy cuenta de que es Tommypick, ¿podré pasarlo o estará recuperando fuerzas y saldrá disparado para arriba en cuanto me vea?.
Cuando estoy llegando a su altura le llam
o por su nombre y veo que sigue sin aumentar el ritmo, así que al pasarlo le digo: “¿Es que no has guardao perricas?” y me contesta “Es que no tengo”. Va a ser la primera vez que llego arriba antes que él. Parece que las palizas de este verano con los madrileños y los cartageneros han servido para algo.

Por fin llego arriba y me recibe la tradicional algarabía de compañeros que me animan y me hacen fotos. Se ha conseguido el objetivo de subir Carrascoy del tirón.

Una vez arriba y después del avituallamiento y las fotos, esper
amos a los últimos para tirarnos hacia el Majal Blanco. Raspa llama por teléfono para decir que quedan dos o tres y que lo esperemos, pero la gente está muy impaciente y se empiezan a bajar los que se van a volver por la carretera, pero les siguen los demás y cuando me doy cuenta estoy solo con Pepegar, pero no puedo dejar tirado a Raspa después de que ha ido de escoba todo el camino.
Me bajo un poco por la carretera a buscarlo y me lo encuentro a un kilómetro tirando de un Belmonte desencajado que ya no puede con su alma, pero que está decidido a llegar arriba y a bajarse por el cortafuegos.
Le echo una mano a la espalda y le empujo durante unos metros, cosa que agradece bastante, y por fin llegamos arriba. No se ve a los demás. Vamos a tener que correr para cogerlos en la bajada.

La primera bajada es empinada y con mucha piedra suelta, y con las prisas la bajo demasiado deprisa y me voy al suelo, aunque sin mayores consecuencias.
Cuando me estoy levantando veo pasar a Belmonte muy descontrolado y con los pies fuera de las calas, teniendo com
o resultado una caída unos metros más abajo. No se rompe nada pero decide volverse por la carretera porque no sabe lo que se va a encontrar más adelante y yo creo que hace lo correcto porque no parece un camino para bajarlo con las fuerzas mermadas.

Seguimos Raspa y yo pedaleando rápidamente por una senda muy bonita y más adelante nos encontramos a Pepegar que nos está esperando. La senda empieza a complicarse y desemboca en el cortafuegos, donde nos tendremos que bajar en un buen número de ocasiones debido a las piedras y la maleza.
Un poco más adelante nos encontramos con el resto del equ
ipo que arrastran sus bicicletas en fila india por el cortafuegos. Vistos desde aquí parecen los porteadores de las películas de Tarzán.

De los tres kilómetros que tendrá el cortafuegos, solamente se pueden hacer montados la mitad o quizás algo menos, pero pronto volvemos a enlazar con el camino y la cosa mejora bastante.
En una de las paradas un compañero me advierte de que la rueda de atrás se mueve hacia los lados y al bajarme compruebo que se ha salido uno de los tornillos del basculante trasero y está a punto de salirse el eje que apretaba.
Intentamos encontrar un tornillo similar pero al fina
l no queda más remedio que sujetarlo con unas bridas para que, al menos, no se salga el eje.
Esto me priva de algunos saltos en las bajadas, pero tengo que ir con cuidado si no quiero quedarme sin la parte de atrás de la bici.

Llevo una radio donde voy escuchando la final del mundial de básquet, donde España le está dando un repaso a Grecia y va camino de convertirse en campeona del mundo por primera vez.
Cruzamos los cultivos sin mayores complicaciones y al llegar a una bajada rápida que termina en una curva veo una bicicleta tirada en un cortado de un metro y medio que va a parar a un campo labrado. Detrás está IceFork cubierto de polvo levantándose ayudado por Trucker, que
, eso sí, antes de ayudarle y como ve que no se ha hecho nada grave, inmortaliza el momento con su cámara.
Yo también me paro y mientras estoy haciendo una foto, un compañero que baja muy rápido me empitona por detrás y casi acompañamos los dos a IceFork en el sembrado.

Seguimos para abajo con un compañero un poco maltrecho y esta vez le toca el turno a Trucker, que rompe una biela y tiene que hacer una parte del camino con una sola pierna. Menos mal que Dani se apiada de él y le hace un apaño con un palo y una brida para que pueda seguir para abajo pedaleando con las dos piernas.

Mi rueda trasera parece que va a peo
r, así que me bajo y compruebo con horror que se ha partido una de las vainas por la parte que va al pedalier. Ahora si que se ha acabado la diversión de verdad.
Más abajo nos espera un grupo que se está deleitando con los saltos de Dani de Mundobici, que para eso ha sido dos veces campeón del mundo de trialbici.


Ya estamos en Torre Guil y la última parte es una trialera muy divertida que ya he bajado en otras ocasiones, pero que esta vez, con mi montura herida de muerte, tendré que dejar para otra ocasión.
Me bajo al bar que hay al final de la carretera de Torre Guil y llego a tiempo de ver los últimos minutos del partido y la entrega de trofeos. Poco después se me unen Raspa, Roolez, Rosita y algunos más y disfrutamos de unas merecidas cervezas antes de irnos a comer unas costillitas a la brasa a la Venta del Peretón, que es la mejor forma de terminar un estupendo día como este.

Esto habrá que repetirlo y pronto.


Saludos parcelarios.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio