P.N. Lagunas de Torrevieja - La Mata

La salida de hoy va a marcar el comienzo de la temporada veraniega y el fin del oscuro y frio invierno.

Hemos quedado en Torrevieja: Lalo, Juanjo y el amigo Miguel de Orihuela para hacernos una ruta por la laguna de La Mata y disfrutar del buen tiempo y del ambiente a verano que se respira en el aire.

Salimos por la carretera en dirección al La Mata y llegando a la laguna primeras cuestas hasta los palomares para ir calentando motores.

Rodeamos la laguna y salimos a la carretera de Guardamar. Lalo ya está pensando en el almuerzo, pero consigo convencerlo para alargar un poco más la ruta y subimos por la urbanización Lo Pepín en dirección al Cabezo Soler, una ruta divertida y trialera que nos enseñaron unos compañeros el verano pasado.

Llegados a la carretera de Rojales nos encontramos el camino cerrado con una verja, pero como está al lado el dueño le preguntamos por donde podemos salir y se ofrece amablemente para abrirnos la verja. Me pregunto porqué esa manía de poner verjas a todo pero solo por la parte que da a la carretera.

Tomamos la mota del rio en dirección a Guardamar y antes de llegar nos salimos a la derecha buscando la antena que nos sirve de referencia, ya que detrás de ella está la laguna de La Mata. Volvemos a salir a la carretera y la cruzamos para meternos por una pista que no conocemos pero que tiene buena pinta. Esta pista resulta llevarnos a una zona boscosa que era parte del recorrido que nos enseñaron estos compañeros el año pasado y que no habíamos podido volver a encontrar. Ahora lo hemos encontrado sin buscarlo. Es una zona muy bonita que transcurre paralela a una canalización de agua y que va a salir a una rambla muy divertida y trialera, esta parte no la hemos cruzado nunca y está muy bien.

Seguimos cruzando pistas en dirección a la antena y finalmente salimos de nuevo a la carretera de Guardamar, la cual tomamos en dirección a La Mata. Intento que volvamos por la otra parte de la laguna pero Lalo está ya que se almuerza encima y esta vez no consigo convencerlo.

Finalmente llegamos al bar de la rubia, donde nos esperan unas cervecicas y unas punticas para reponer fuerzas, servidas por una amable cubanita a la que no le duele absolutamente nada.

Ha resultado una ruta de 50 Km, de poca dureza pero muy divertida, donde además hemos explorado y descubierto rutas nuevas.

Saludos Parcelarios.