26 marzo 2006

1ª Marcha Parque Natural de Calblanque – Sierra Minera

Hoy es un dia señalado para comenzar este blog, voy a participar en mi primera competición de mountain bike, la 1ª Marcha Parque Natural de Calblanque – Sierra Minera, organizado por Ciclos Currá de Cartagena.
Al principio creía que se trataba de una marcha no competitiva, como la que hicimos en El Quijote, pero al llegar allí, el amigo Pepe me ha dicho que de marcha nada, que era una competición en toda regla con trofeos y todo.
En ese momento me ha salido la vena competitiva, esa del anuncio del Golf y los espermatozoides, y he cambiado el chip por uno de competición.

Simplemente el hecho de ver el dorsal sobre el manillar de la bici ya te remueve algo por dentro y empiezas a calcular el puesto en el que podrías quedar según el número de participantes y la pinta de bikers avezados que presentan.

El reparto de dorsales ha sido un poco caótico y ha provocado un retraso de media hora en la salida. Resulta que tenían ordenada la lista de inscritos por fecha de inscripción y, claro, cuando dabas tu nombre tenían que hacer una búsqueda no indexada, registro a registro y manualmente. Pepe les ha recordado que en la Excel hay un botón con una A y una Z que sirve para ordenar la tabla y se lo han tomado con sentido del humor (menos mal) disculpándose con un “hombre, es que es la primera”.

Por fin todos en la línea de salida, que por cierto es bastante estrecha. Pepe y yo nos colamos por detrás de una valla para no salir los últimos. Nervios, impaciencia, miradas escrutadoras, la sirena de la policía, los pies en las calas y A CORRER.

La policía nos da una vuelta por Cabo de Palos y pasamos un par de veces por el mismo sitio, incluso juntando la cabeza con la cola del pelotón. Alguien grita: “dejadle un GPS al guardia, que no es de aquí”. Buen humor, buena gente y buen tiempo, todo se conjuga para que sea un día inolvidable.


Comenzamos a subir por los caminos del Parque Natural de Calblanque, una serie de sendas muy bonitas con subidas y bajadas, algunas de ellas muy trialeras. Esto empieza bien, pero de repente una cuesta de mil demonios y todos pie a tierra, bueno, que se le va a hacer, no será la unica vez, un par de veces más tendremos que hacer de peregrinos.

De momento todo bien, llegamos al Club de Gof y tomamos una serie de caminos muy bonitos y con muchos pinos. Hay que estar atento a las marcas para no equivocar la ruta.

Llevo las ruedas muy duras y la bici no agarra bien cuando hay tierra suelta, debería de bajarme a quitarle un poco de aire, pero voy rápido y disfrutando de los caminos estrechos y con muchas curvas, de repente entro muy rápido en una curva y se me va la rueda de alante, por lo cual aprovecho para comprar una bonita parcela con vistas al campo de golf. Bueno ya que he tenido que parar le quito un poco de aire a las ruedas y la cosa mejora bastante. En fin, solo me han pasado cinco o seis, a ver si lo recupero.

Salimos a la carretera de Portman y bajamos a toda leche por un carril bici hasta llegar a la bahía. Aquí el paisaje empieza a empeorar mostrando años y años de vertidos de las minas circundantes. Realmente la bahía es muy bonita pero no se si algún día conseguirán regenerarla por completo.

En Portman primer avituallamiento: agua, barrita energética y media pieza de fruta. Le pregunto al del control si llevo muchos por delante y me dice que unos 150. Como llevo el dorsal 146 le digo en broma que tengo que recuperar cuatro puestos y me contesta que, con la subida que viene ahora es factible. Pues si que estamos bien.

La subidita es como para recuperar puestos, bastante tengo con que no me pasen muchos. Un par de veces tenemos que volver a echar pie a tierra, pero seguimos avanzando hacia la cumbre de la Ruta 33, donde los generadores eólicos nos esperan pacientes con su giro pausado e inexorable.

Por fin coronamos la cima y empezamos a bajar por el otro lado. Esta bajada sí que mola, me lanzo a tumba abierta y consigo recuperar algunos puestos. Al final de la bajada me pico con uno y nos saltamos una señal, con lo que nos metemos en La Unión y tenemos que dar la vuelta y buscar otra vez la ruta. A tomar por saco los puestos recuperados en la bajada.

Pasamos el Beal y nos metemos por una rambla trialera, trialera, trialera. Esto es lo que a mi me gusta y la disfrutaría de lo lindo si no fuera por que me van quedando ya pocas fuerzas. En una pequeña subidita se me paran dos en lo alto y no me permiten coger bastante impulso, con lo que me quedo clavado en medio de la cuesta y al intentar terminar la subida… Zassss, calambre en el cuadriceps izquierdo y a joderse sin poder ni apoyar la pierna. Me tiro cinco minutos masajeando el músculo hasta que se me pasa un poco y puedo subirme a la bici para pedalear, al menos, con la pierna derecha. Durante esos cinco minutos no me ha pasado nadie, pero ya los veo venir a unos cien metros, otra vez he vuelto a perder la ventaja tomada en la trialera.

Seguimos hacia el Mar Menor y voy pedaleando alternando las piernas a cada rato, porque al cargar el esfuerzo en la derecha, amenaza con darme un calambre también en esta.

Llegamos al segundo control y avituallamiento líquido, donde aprovecho para masajearme un poco las piernas a ver si se recuperan, quedan unos 15 Km por llano pero las fuerzas son cada vez más escasas.

Estos últimos kilómetros transcurren por la orilla del Mar Menor, muchos de ellos por paseos marítimos. Sería un buen momento para intentar recuperar algún puesto pero en estos momentos solo pienso en llegar como sea. Me duelen las piernas, el culo, la espalda y la nuca, solo quiero llegar y bajarme de la bici. No he visto a Pepe en toda la carrera, es raro porque su forma física es parecida a la mía, ¿Habrá pinchado o sufrido algún otro percance?

Finalmente la meta, que placerrrr, he conseguido llegar y no de los últimos. Son las dos y media, cuatro horas y media encima de la bici, pregunto la posición y me dicen que el 175 (finalmente sería el 177) de 242. No está mal para no haberme preparado, no conocer el circuito y no haberme dopado :-)


El amigo Pepe llega media hora después, no le había pasado nada, es que se había parado varias veces a echar fotos. Él sí que se lo ha tomado como una marcha y no como una carrera.

Bueno, ha sido duro pero ha merecido la pena. Nos llevamos una camiseta y unos bidones de recuerdo, dos o tres kilos menos y, en mi caso, un raspón en el culete por haber hecho el cabra con mucho aire en las ruedas.

Recuerdos especiales al resto de Parcelas que, por unos motivos u otros, no pudieron participar.

Y si has sido capaz de leer hasta aquí, haz la gracia completa y déjame un comentario pulsando abajo, donde pone comments.

Saludos Parcelarios.

1 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

mariquitas y yo aqui con el culo hecho un mandril, que envidia me dais. un saludo

9:01 p. m.  

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio